MEDELLÍN RECIBE SU HISTORIA CON ARTE Y CULTURA
- Thomas Paine
- 13 oct 2017
- 4 Min. de lectura
La ciudad de Medellín, capital de Antioquia, ha demostrado en los últimos 20 años una considerable reducción en sus tasas de homicidios, pero la implementación de nuevas estrategias de reinserción y apoyo a la población no son el único motivo de dichos logros, la cultura que han cosechado los mismos artistas y las víctimas del conflicto también han servido de ayuda para la ciudad y como ejemplo para todo el resto del país.

Cómo Medellín reescribió su historia con arte y cultura.
Corporación Arteambigua es parte del cambio.
La corporación Arteambigua es un plan estratégico que surgió de la mano de jóvenes reinsertados a la comunidad en colaboración con líderes interesados en el fortalecimiento social y ambiental en el barrio Limonar de Medellín, uno de los más afectados por las bandas y la criminalidad en la ciudad en los últimos años. En el año 2016 surge con la misión de educar a jóvenes y niños acerca del cuidado del medio ambiente promoviendo de dicha manera la no violencia y la importancia de la buena convivencia, dentro de un plan sociocultural.
Arteambigua combina arte y medio ambiente para generar una concientización acerca de la apropiación de los espacios públicos, además contribuye a promover el arte y el cooperativismo que hace parte de diversas campañas que se han venido iniciando en Medellín a lo largo de los años con la intención de llevar educación ciudadana y esperanza a los distintos sectores que han sido afectados por la violencia.

Iniciaron con la idea de construir una huerta agroecológica aun encontrándose en medio de las guerras, solo eran tres jóvenes artistas que se hicieron cargo del espacio debido a que estaba pronto a ser abandonado por sus otros propietarios, estos les pidieron el favor de no descuidar el lugar y de procurar entregárselo a personas interesadas en el cuidado ambiental, así fue como poco a poco fue tomando posición el trabajo que desde entonces comenzaron a cosechar. Mientras pasaba el tiempo la situación se tornaba más difícil de manejar debido a la peligrosidad que conllevaba trabajar en el sitio, pues, grupos delincuenciales se abaleaban muy cerca de donde estaban o incluso arruinaban el trabajo que construían día a día. Se trató entonces de un proceso de perseverancia en el cual nunca se perdió la ilusión de cumplir con lo propuesto, así fue como la corporación surgió y hoy en día goza con un amplio espacio ecológico en el que cualquier persona tiene la oportunidad de llevarse un momento de paz y tranquilidad sin tener presente el temor, debido a que los mismos delincuentes aprendieron a respetar a los propietarios del lugar y a las personas que acuden a él diariamente, es un sitio en el que no se permite ningún tipo de arma y todos los habitantes del barrio saben muy bien sobre esto.
El grupo agroecológico también cuenta con el apoyo de campesinos quienes colaboran con el sostenimiento del sitio, además los niños se divierten siendo parte de los trueques en el que al entregar las cascaras de fruta que traen desde sus casas se les regala una de la huerta, contribuyendo a la cosecha adecuada de las plantas.
Una ciudad que supo aprender
Las secuelas de la violencia en Medellín dejaron una huella en la memoria y el comportamiento de sus ciudadanos, los artistas que surgieron en medio del conflicto aprendieron a reescribir la historia del pueblo antioqueño, mostrándose como ejemplo de superación por medio del arte, enseñándole a las nuevas generaciones la alternativa de otro universo en el que puedan convivir seres mucho más humanos y sensibles frente a los conflictos. La verdadera salida a las dificultades sociales como los homicidios, el vandalismo o la misma violencia, no son los toques de queda ni los reforzamientos de seguridad, si una sociedad desea un cambio permanente debe empezar por reestructurar la conciencia y la cultura humana de la gente.

Las demás ciudades de Colombia deben tomar ejemplo del trabajo que ha logrado Medellín por medio de estrategias sociales como Arteambigua, se les debe incentivar a los jóvenes y niños la preocupación por el bien de la ciudad. El pueblo paisa es la prueba misma de que las grandes ciudades y los grandes países progresan cuando se ven enfrentados a verdaderas condiciones de violencia, lastimosamente funciona como una dura lección para aprender a convivir y a pensar por el bien común.
Cabe aclarar que la expectativa que se tiene en cuenta por medio de este blog no es sobrevalorar las condiciones de vida actuales que presenta dicha ciudad, se trata de resaltar el trabajo y el esfuerzo que durante muchos años han construido a pesar de los duros golpes que han tenido que afrontar a lo largo de su historia como lo fue el narcotráfico hace más de 20 años, muchos se atreven a describir a los antioqueños como personas que presumen de lo que les pertenece, pero la realidad es que tienen de que presumir y sentirse orgullosos.
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